Buenos Aires, exilio, mito y otras impresiones (II), por Francisco Rodriguez Sotomayor
5 de febrero de 2025
Antenoche hizo tanto calor que la humedad me despertó. Tuve que abrir la puerta en duermevela. Se me vino la imagen de Buenos Aires nebulosa de Cortázar. La ciudad en su sopor, como si el Río de la Plata la arropara.
Llueve. Ese sueño de antenoche se llueve, se hace lluvia.
7 de febrero
No escogería ninguna otra ciudad para esta época de mi vida. Buenos aires también es responsable de mi carácter.
El ver transeúntes es una actividad que ha cambiado de significado (o ha vuelto al que tenía, lo ha recuperado).
18 de febrero
El reloj y el tren. Piedras angulares del mundo.
9 de marzo
He sido confundido infinidad de veces.
12 de abril
Buenos Aires, para mí, es un retorno y un comienzo. Acá vuelvo a sentir el pulso del mito. La ciudad me devuelve a la intensidad. Me trae a un mundo que sin saber soñaba. Me deja en el umbral del laberinto que mentaba Borges, pero desfigurado, con secretos y callejones que debo atravesar solo yo.
14 de abril
Cada quien busca su mito. Sus símbolos, sus figuras, sus imágenes.
Estoy siempre -o soy- una tensión entre el desenfreno y la calma. Necesito sentir ese borde. Ese ángulo me ofrece a la lucidez.
I think of my father. His passing, and my current life in Buenos Aires, my distance from where the memories of him took place. I feel him present in my vision of Buenos Aires. In my myth of it. It’s as if he inhabits the city subtly. (Pienso en mi padre. Su fallecimiento, y mi vida actual en Buenos Aires, mi distancia de donde los recuerdos de él tomaron lugar. Lo siento presente en mi visión de Buenos Aires. En mi mito de ella. Es como si él habitara la ciudad sutilmente).
18 de abril
Es que si hay un deber en este paso terrenal es conocerse a sí mismo.
19 de abril
Soy un caminante. Ver la vida suceder es lo que más disfruto.
25 de abril
Se me ha dado vivir en la periferia. Tengo que crear mi propio refugio. Algo verdaderamente mío. Un techo a mi hechura. Una casa moldeada con mis manos.
Las caminatas, el libro de turno y el cuaderno. La pluma y la pagina en blanco. Mi casa.
26 de abril
Necesito el paseo porque necesito palpar cómo se mueve la vida. Ese es mi alimento. Me nutro del latir de las cosas. De cada haz de luz que toca el agua, cada figura de sombra que se desliza sobre el suelo. Preciso que mi cuerpo baile al son de una música que se deja oír al estar atento.
10 de mayo
En este mundo hay infinitos mundos. Y todos están en diálogo.
13 de mayo
Ayer sentí como si Avenida Santa Fe fuera un río que me llevaba a su merced.
Espejismos de San Juan en Buenos Aires.
14 de mayo
Se me da hacerme mi espacio. Me persigo a mí mismo en las veredas.
16 de mayo
Aquella noche en la que en duermevela deliro con una Buenos Aires arropada por el Río de la Plata. Por la humedad. Lo de que hace un par de días sentí que Avenida Santa Fe era un río que me llevaba. El diluvio que cae hoy sobre la ciudad.
Buenos Aires me lleva a sí misma.
17 de mayo
Sigue lloviendo. Más de 24 horas de lluvia continua.
Al salir no tengo rumbo. Buenos Aires me lleva a sí misma.
18 de mayo
Desde hace un par de años me sucede que, frecuentemente, me hallo teniendo visiones repetitivas de calles. En San Juan me pasaba con el cruce entre Calle Paez y Calle Infante. Aquí en Buenos Aires me sucede con el cruce entre Paseo Colón y Avenida Belgrano.
Hoy escampó, amaneció soleado. Pero hace frío. Se acerca el invierno.
Afuera está mi jardín. El afuera es mi jardín.
19 de mayo
No sé si es nostalgia. Pero hoy pensé en Venezuela. Como deseando que hubiese sitio al cual volver.
23 de mayo
-¿Y tú asocias la belleza con la novedad?
- Puede ser
-Y si en la eternidad el universo se hace infinitamente a sí mismo a partir de su propia imagen, entonces mi percepción puede ser igual de variada, por eso la incansable búsqueda de la belleza. Lo bello es inagotable.
-Por eso lo desconocido es bello siempre.
-Pero lo conocido, aunque visto incontables veces, es también bello, por más miradas que se le hayan posado.
-Entonces no es el asombro, la novedad, lo que hace lo bello.
-Por más que digas saber, lo desconocido, el misterio, no abandona cosa alguna. Es hallar el asombro. Reconocer el misterio, aceptarlo, es beber para siempre del néctar del asombro.
24 de mayo
Camino sobre una cuerda. No sé hacia donde me lleva; en la mano cargo una linterna. Al andar voy descubriendo más cuerda. Soy, a la vez, cuerda y linterna, pero el fuego que la encendió me precede.
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